Juguemos al detective
Les propongo un juego...
Lo siguiente es la primera parte de un cuento... Quiero que lo lean y comenten, a ver qué les parece que está sucediendo. ¿Quién es la protagonista? ¿Qué le está ocurriendo? Algunos lo encontrarán obvio. Otros aventurarán hipótesis que seguramente me dejarán con ganas de escribir todo el cuento de nuevo. ¿Se prenden? ¡Comenten! Y entre los que emboquen, sorteo un ejemplar de A su imagen y semejanza!! (Si ya lo tienen piensen en qué lindo regalo para el día de la madre sería, jajaja, depende de lo liberal de la madre, obvio, jeje)
CONSPIRACION
Entonces, de improviso, todas las referencias le fueron arrebatadas.
Por alguna razón inextricable, despertaba una mañana en esa cama con sábanas de un color nunca visto antes, de un olor desconocido, y le chocaba abrir los ojos y no saber en qué dirección estaba la puerta.
Entonces aparecía alguien que la trataba de "tú" sin conocerla, y se acercaba con ese taconear inclemente sobre el piso de baldosas, cloc-cloc-cloc. La acompañaba al baño casi cariñosamente dejándola apoyarse en el brazo, y la miraba con una expresión que podría ser interpretada como amable, pero que para un observador alerta, tenía visos diabólicos. Y el baño parecía en cierta forma familiar, al menos la toalla era la misma de siempre, la que secaba tan bien a pesar de estar descolorida, y la mujer le decía claro, si hacía ya meses que vivía aquí.
Pero, si anoche se había acostado en su propia cama, la misma de cada noche desde que tiene memoria. Con Juan a su lado se había acostado, que siempre prendía la luz un rato después de que la oscuridad hubiera devorado el cuarto, porque se había olvidado de sacarse la dentadura y ponerla en el vaso con agua. La perra a los pies de la cama, y el portarretrato del hijo sobre la apolillada cómoda francesa.
Y ese dolor en las piernas, las articulaciones zumbándole como gigantescos corazones infartados. ¿Se habría caído y no se acordaría? Pero la mujer le decía que era un problemita sin importancia; qué se creía esta incompetente queriendo restarle relevancia y confundirla.
Porque además pretendía entreverarle a los seres más queridos. "Vino su hijo a visitarla" le había dicho aquella tardemañananoche con la voz almibarada de maestra de jardín de infantes, y le presentaba a este hombre de cerca de sesenta años, cuando su hijo aún no había terminado sus estudios. Algo de familiar, sin embargo, había en la cara cariñosa de este hombre que le hablaba desde atrás de una nube espesa de aire viscoso y le sonreía. Al cabo de unos segundos lo reconoció, claro, si era el hermano, que tanto hacía que no lo veía, era porque se había ido de viaje, y estaba de vuelta. "Manuel, estoy enferma, no veo la hora de curarme e irme para casa, deben estar comiendo cualquier porquería sin mí. Pero vos ya sabés que estoy grave, ¿no? si no, no habrías venido de tan lejos." Manuel ponía una cara triste, muy triste como las primeras mañanas del invierno, y no respondía. Claro, si estaba tan mal...
Pero qué era lo que tenía, nadie se lo decía; ella no podía estar internada durante tanto tiempo teniendo la casa y la familia a su cargo, y sin embargo, debía ser algo muy serio para ser así. "¿No, Manuel? A mí vos no me podés engañar, no te olvides que cuando éramos chicos yo me daba cuenta antes que nadie cuando tenías alguna dragoncita nueva, y cada vez que salías yo me prendía como abrojo a tus pantalones a lloringuearte para que mamá terminara diciéndote no seas malo con tu hermanita, grandulón, llevala a dar una vuelta, y vos te enojabas y te ponías colorado como un tomate, ¿te acordás? Y después se te dio por irte de viaje, ¿adónde fue que te fuiste? Te extrañé mucho, qué bueno que hayas venido".
Y le decía que le avisara a Carlitos, el hijo, que ella estaba grave, que por qué no la había venido a ver ni una vez, pero Manuel ponía una cara muy, muy triste, ojalá que Carlitos no ande en malos pasos, tiene que salvar el último año de liceo, que el que viene entra a Facultad si Dios quiere.
Pero Manuel seguía en su eterno mutismo de miradas apagadas y sonrisas melancólicas y ella al final terminaba echándolo, como tantas otras veces, si es que no quería compartir con ella la primavera de lo que pasaba afuera, ni el invierno de su enfermedad. Entraba entonces la maestrita y lo acompañaba a la puerta con una guiñada cómplice. Fue ahí cuando pensó por primera vez en la posibilidad de una conspiración.
Algún tipo de persecución política. En Facultad había estado afiliada al gremio. Tal vez los militares la estuvieran buscando. Era posible que Manuel, como un Judas alternativo, le estuviera tendiendo las redes de la locura para entregarla sin conciencia. La estaban drogando. Por eso la mujer le sonreía tanto. Sus ojos tintineantes como un faro le anunciaban el fin de la cordura; el hecho de que poco a poco, todas la referencias le eran arrebatadas.
Tal vez era por eso que Carlitos no venía a verla, ni Juan. Tenían miedo.
Durante días tejió el plan como araña sigilosa. Vigiló idas y venidas de la mujer. Anotaba mentalmente las horas. Acechaba los cerrojos. El de la puerta trasera del cuarto nunca estaba cerrado. Una pequeña puerta con un alto escalón. Nunca se atrevió a abrirla. Podían verla antes de tiempo. Supo exactamente qué días venía a verla Manuel. No podía ser uno de esos.
Fue entonces uno de esos días en que Manuel no vendría, a una hora en que la mujer no pasaría, por la puerta que nadie cerraría, que escapó.
En unos días publicaré el final... Pero no antes de tener varios comentarios!! No olviden firmarlos, al menos con un seudónimo... Pueden publicarlo como "anónimo" y firmar al final, o marcar en "nombre" sólo su nombre o seudónimo y publicar. Es simple. Después cuando yo publique quién es el ganador nos comunicamos por email.
Este cuento me hace acordar a la película "Shutter Island" con Di Caprio en la que parece que él es un detective pero después queda abierto a que en realidad está loco. Digamos que la protagonista está internada en un manicomio pero no lo sabe, por eso todas esas imágenes desconectadas. Me gustó mucho! A ver cuándo sacás el final!!!!!!!! ¿Me ganaré el libro? Ya lo tengo, pero lo puedo regalar, no a mi madre, jajajajaja. Besos
ResponderEliminarGracias, María, qué bueno, mi popularidad va en aumento, jeje. Por ahora no puedo adelantar nada acerca de si tu comentario va por buen camino o no... ¡Veremos qué más dicen!
ResponderEliminarPa Helena hoy es viernes no me hagas leer todo eso y encima pensar
ResponderEliminarA mi me hace pensar en la abuela con demencia senil o AV con bloqueos de memoria. Confundiendo al hijo con el hermano y viviendo en un hogar. Una de las tantas abuelas que se pierden o encuentran totalmente des-norteadas por la calle.... Ivo
ResponderEliminarA mi tambien me hace pensar en la abuelita con el mal del aleman, je. Abrio la puerta y todavia la deben estar buscando...
ResponderEliminarHelen! Primero q nada gracias! Me encanta esta manera de acercarnos a todos lo que escribís, hacía tiempo no leía nada tuyo y q lindo es poder hacerlo acá. Seguí colgando cosas nuevas!
ResponderEliminarYo coincido con la mayoría, creo que es la visión de una anciana que tiene Alzheimer y obviamente interpreta el mundo que la rodea a su manera, como puede o como la enfermedad se lo permite.
Ojalá me gane el libro para Mamucha aunque sospecho ya me debe haber robado el mio y lo debe haber leído! jeje
Si ato mis pies en tierra firme y hago un comentario predecible, debería decir que el Alzheimer es el causante de toda esa confusión, sobre todo pensando, como lo hacen más arriba, que confunde hijo con hermano.
ResponderEliminarDe todas formas, me quedo con la primera parte del relato y me dedico a fantasear sobre ella.
Saludos!
Muy buena la historia, me re enganche jaja.
ResponderEliminarEn una primera instancia pensé sin duda en una anciana con demencia senil, que confunde a su hijo con su hermano, empieza a mezclar recuerdos muy antiguos con la realidad...
Pero sin duda que esta historia debe tener algo diferente... ¿Por qué no podría ser una conspiración?
Se me ocurre una historia en la cual juegan con estados de locura y de lucidez, en la cual tienen tan drogado al paciente que no le permiten discernir entre lo que es real y lo que no...
Una historia como la de la peli "Desconocido", en la que el protagonista se crea una historia de vida en la cual mezcla fragmentos de recuerdos desconectados... y al final de cuentas nada de eso es parte de su vida real...
Tal vez la anciana se lleve una buena sorpresa al abrir la puertita...
Quiero leer el final ya jaja!!! Que intriga!
Saludos a tod@s!!!
Interesante historia. Cual podria ser el final?
ResponderEliminarMuchos, solamente la imaginación de la autora, nos podrá dejar ver el final de su cuento y de la vida de esta mujer.
Podría ser que quizás abrumada por su pasado, y de las desiluciones de sus apuestas en ideas de otros por la familia, la llevaron a hacer un parentesis en la vida desarrolando demencia senil y en este momento del final de su vida surge la fugaz lucidez, entreverando las caras de sus afectos.
Maravillosa la idea de la puerta con el escalón grande,(del perdon a sí mismo) que, porque no? podría ser la puerta al Paraiso(o como cada uno quiera llamarle en su filosofía personal), en donde todos creemos que la armonia es PERFECTA.
¡Pobre vieja, se escapó!
ResponderEliminarY nada menos por la puerta que nadie cerraría...
Ella se perdió caminando por el inmenso parque cercano a su casa y apareció, a la mañana siguiente, ahogada en el arroyo que no vió en su caminata nocturna.
Los otros, "los conspiradores", no tuvieron suerte mejor, la vieja, en su silenciosa partida, los condenó a su destino y fueron asesinados, por ladrones oportunistas que entraron por la puerta que nadie cerraría.
Está bueno el cuento, sugerente, la hipótesis más lógica es la de la señora con Alzheimer internada en una casa de salud con lagunas en la memoria,pero tembién se me ocurre que podría ser alguien que tuvo hace años un accidente en el que vió morir a su esposo y como consecuencia quedó con stress postraumatico y no recuerda nada, quedó detenida en el tiempo, fuera de la realidad,me recuerda a la excelente novela de Philippe Claudel "La petite fille de Monsieur Lihn", esa disociación con la realidad y su negación de lo que sucedió le hace inventarse la teoria de la conspiración, todo con tal de no recordar lo que sucedió de verdad.En ese caso, al escaparse iría inconscientemente al lugar del accidente..
ResponderEliminarGeniales los comentarios!! Ya dije yo, me dan ganas de escribir todo de nuevo! Voy a dejar pasar unas horas más antes de publicar el final, andan cerca!!
ResponderEliminarLamento los comentarios que fueron subidos como anónimos y tampoco firmaron abajo. ¿Cómo los identificamos si ganan? Si leen esto, por favor en las próximas horas aclaren su seudónimo y con qué palabras empieza su mensaje, así los identificamos. ¡Gracias!
Mi primera impresión a leer es una anciana internada en una casa de salud, con problemas de demencia senil u otra enfermedad mental. Confunde un poco la realidad, pero recuerda su pasado muy bien, no se hasta donde llega realmente su confusión.- Me parece que la puerta con un alto escalón no la lleva a ningun lado especial, por eso no esta cerrada.- En realidad no salio de la casa de salud, sigue en ella.- Silvia Pacelli
ResponderEliminarEs extraño. También al principio pensé en demencia senil, pero es extraño que reconozca la toalla pero no las sábanas. Cómo pudo recordar los acontecimientos de los últimos días como para registrar los días que vendría Manuel? No reconocía el lugar donde se acostaba pero recordaba las puertas del dormitorio. No puede ser demencia senil, es otra cosa. ¿la drogaban? ¿le robaban su memoria? Eso no puedo imaginarme. Lo que sí me imagino es que la puerta sin cerrojo daba a una azotea, y ella escapó volando a su libertad a encontrarse con Juan...
ResponderEliminarMartina