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Eu vou esquecer você em Paris e em outras cidades

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En 2006, la joven escritora proveniente de Ceará, en el nordeste brasileño, Carmélia Aragão, ganó, con el libro de cuentos Eu vou esquecer você em Paris, el Edital de Incentivo às Artes da Secretaria da Cultura do Ceará, y este fue publicado en 2007.  Carmélia y yo nos conocimos, contra todas las probabilidades, en un ámbito académico y descubrimos, también contra todo pronóstico, que las dos escribíamos. Nos intercambiamos nuestros libros, porque, viviendo tan lejos una de la otra, era una forma de legarnos nuestras voces y poder «escucharnos dentro de la cabeza», como suelo expresar lo que significa para mí la lectura y la relación que nos permite tener con la autora o el autor.  En esa época no existía el WhatsApp. Ahora puedo escuchar su verdadera voz frecuentemente en sus audios, pero de todas maneras hallo que su literatura me conduce más directa e íntimamente a su alma que el intercambio oral de saludos y anécdotas. En agosto de 2018 fui a dar un taller de educación emocional en

El día de mi película

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Fue bastante revelador para mí leer el libro “Sapiens” de Yuval Harari, donde reconstruye, a partir de las investigaciones científicas disponibles, la historia de nuestra humanidad como cimentada esencialmente sobre la base de la ficción. Los humanos, desde esa perspectiva, vivimos en un mundo irreal para cualquier otro animal, construido exclusivamente por relatos ficticios que existen solo dentro de nuestras mentes, pero que compartimos intersubjetivamente, y eso es lo que los constituye en “realidad”. Ejemplo de esa realidad alterna posibilitada exclusivamente por relatos es lo que voy a contarles a continuación. Todavía le doy vueltas al asunto y me pregunto cómo habría resultado si no hubiera narraciones orales, libros, películas. Y la conclusión a la que llego, por diferentes caminos, es la misma: nada de esto habría tenido lugar en otra dimensión, otro universo, donde no se contaran historias. Para la Navidad de 2018, mi amiga goiana Ebe con su marido e hijos decidieron pa

Luz que calma - Nora Pons, por Teresa María Urbina

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Inauguro hoy una posible serie de publicaciones a las que presto con gusto este blog. A raíz de la crisis sanitaria que atravesamos hoy mismo, es sano dirigir nuestras miradas a rinconcitos de luz que nos permitan viajar un poco más lejos, al arte y su posibilidad de hacernos soñar. Comenzamos hoy con esta preciosa reseña sobre una escritora uruguaya no muy conocida y sin embargo muy destacable, Nora Pons, por nuestra amiga en común, la también extraordinaria escritora Teresa María Urbina. Conocí a Nora Pons en la entrega de premios de un concurso organizado por la Fundación Lolita Rubial- Editorial Banda Oriental: una mirada inteligente, un rostro hermoso, una sonrisa hospitalaria que te invitaba a acercarte y te acercaba. Había obtenido una Mención Especial con su historia “El Baúl”, que nunca fue publicada. Su primer apronte fue disponer en el baúl lo que consideraba imprescindible para su nueva vida. Ahí adentro guardó todo lo que quería llevar, lo material pero tam

Fantasma de hospital

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Retrato del fotógrafo Lee Jeffries, tomado de https://www.lilavert.com/blog_lilavert/lee-jeffries-photography/ Cecilia es Licenciada en Enfermería y Supervisora General en el Hospital Español. Hoy llega como siempre, a las 12 del mediodía con un yoprole en el bolsillo, de frutilla, como ella sabe que será bienvenido. Pasa frente a la habitación de Marcel y lo busca dentro, con curiosidad. Él está sentado sobre la cama, la ve y sonríe, como siempre. Alguna enfermera lo afeitó ayer, se nota en el brillo aterciopelado de su piel entre los pliegues surgidos de sus gestos, los mismos que durante años y años de vida fueron dejando su surco. Él la ve pasar y sale a su encuentro al pasillo, con los ojos luminosos como un niño. Hasta ayer le caía un mechón de canas sobre la frente, pero también se lo recortaron. Parece un trabajador, vestido de pobre y de limpio, pronto para salir a tomar el ómnibus. Sólo que él no va a ningún sitio, ni hoy ni en los días siguientes, al menos según el p

A su imagen y semejanza

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En forma inesperada, un profesor de inglés novato, por razones profesionales, se ve envuelto en el mundo sórdido y al mismo tiempo fascinante del travestismo. Con su mirada desprejuiciada y casi ingenua, se convierte en receptor y testigo de ese universo, adentrándose en las alegrías y pesares de esos seres ambiguos que se juegan para ser quienes son y encontrar su lugar en la sociedad. Esta novela, basada en personajes y hechos reales, es el producto de decenas de entrevistas que la autora realizó en la ciudad de Montevideo, Uruguay, entre 2002 y 2004. Su objetivo fue hacer una adaptación novelada de los testimonios de los protagonistas y reproducirlos preservando su tono coloquial y conmovedor. El mérito de la autora es haber logrado un sutil equilibrio entre una realidad poco conocida y la buena literatura. Más de una década después de su lanzamiento, la realidad de los colectivos LGBT en ese país se ha visto transformada positivamente en varios aspectos, lo que convierte a

A las escondidas en el batallón

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Publicado por primera vez en Semanario Brecha , 7 de abril de 2016. Lo publico aquí nuevamente porque creo que el tema es relevante ahora mismo, y como en la prensa todo corre tan rápido, este relato ha quedado como un artículo del pasado. Ilustración del cuento "El soldadito de plomo" tomada de https://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/cuentos-infantiles/el-soldadito-de-plomo-cuentos-para-ninos/ Tuve una infancia rara. Mi familia vivió al margen de la dictadura. Fue en esa época cuando mi padre hizo mucha plata con su pequeña fábrica de artículos sanitarios. No conocíamos a gente desaparecida ni presa. Del tema ni se hablaba. En el año 1977 nos mudamos del Cerro a nuestra nueva casa en las inmediaciones del Prado. Una casa hermosa de dos pisos y balaustres en el balcón. Al mes de haber llegado cumplí 9 años. Era feliz ahí porque en mi cuadra vivían varias niñas de mi edad. Yo era muy tímida, pero cuando lograba relacionarme en la intimidad, siempre generaba grande

La boda

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Carmen Laffón - La novia Fue el 24 de febrero de 1968, exactamente diez meses y una semana antes de que yo abriera mis ojos por primera vez en este mundo. Todavía está el álbum de fotos en casa, todas monocromáticas, prendidas de las páginas de cartulina negra con esquineritos dorados. Ella parecía una princesa con su vestido blanco largo, sus guantes de seda y su diadema de piedritas brillantes, y le agregaba un cierto aire de solemne misterio un velo transparente de tul que la cubría desde la cabeza hasta el pecho. De casi todas las novias se dice que parecen princesas. Esta descripción no es nada original, y de nulo valor literario. Pero permítaseme hacerla porque se trataba de mi mamá, y todas las niñas en algún momento de la vida queremos decir que nuestra mamá era una princesa. No voy a privarme de ese gusto. En las fotos resalta mi abuelo Casimiro llevándola al altar, ya viejo (creo que siempre fue viejo, hasta su muerte veinte años después). Está también el resto de los p