Segundo día en Chicago, entrevistas, museo y no me dan más las piernas...
Sigue lloviendo en Chicago. Pero no hay ese viento terrible de ayer. Ya conté que no llegué a tiempo debido a las cenizas del volcán allá; pues hoy me enteré que llegué a Chicago ayer en el anca de un piojo, porque mi vuelo aterrizó a las 8 y 30 de la mañana, y en la tarde se canceló el aterrizaje de muchos vuelos debido al viento. Casi no llego!!!! Pero contra todos los pronósticos, acá estoy...
Les decía, sigue lloviendo, y hace un frío de pleno invierno en Montevideo, pero dicen que es "un poco fresco" para Chicago en esta época (cómo será el invierno...), que es otoño, así que me fui con bufanda y gabardina (y todo lo demás abajo, obvio, no soy como esos exhibicionistas, jeje).
El hotel tiene un servicio de camioneta que te deja en algunos puntos o bien del centro o de la universidad, y así fui a esta última. A las 9 ya estaba en plena universidad, una hora antes del encuentro con el Cacioppo (que el colega Nico Jara apodó sin darse cuenta "el Cacho", apodo al que me adhiero con gusto), e iba un poco nerviosa, por lo que conté ayer. A estos nervios se le sumaba que la profesora a la que yo en casa le puse "la vieja" por las fotos que vi por internet (jajaja, una psicóloga que no voy a nombrar porque internet es internet, y tengo que contar cosas muy graciosas como verán en un rato), contestó inesperadamente mis emails de solicitud de entrevista y hoy de mañana, justo antes de salir, me encontré con un mensaje de ella citándome para hoy mismo a las 13hs en su oficina. Así que un día cualquiera se convirtió en un día laboral completo, porque salí a las 8y30 y volví a las 16y30 fundida, es decir "arranqué pa' las ocho horas".
Habiendo llegado muy temprano, me dediqué primero a localizar visualmente los sitios donde tendría las entrevistas. La universidad está toda contenida en un campus bastante acotado en distancias, pero considerando que TODO es Universidad y no hay casi viviendas o comercios, es MONUMENTAL. En esa caminata matinal, bajo una llovizna insistente y un frío que me partía los labios y las manos, tomé algunas fotos y filmaciones.
Y una vista panorámica del Main Quadrangle, una especie de claustro rodeado por los edificios más antiguos de la universidad:
Después de esta caminata, derechito a ver "al Cacho". Lo curioso es que de afuera los edificios son así como los ven en estas fotos, pero por dentro son muy modernos, con oficinas distribuidas como en el más contemporáneo edificio que se imaginen, y equipamiento mobiliario de punta también. Eso es muy curioso, sobre todo porque al mirar por la ventana para afuera se ve esta especie de claustro renacentista, y por los bordes de la ventana se asoman tímidamente las hojas de hiedra que cubren las parades por fuera. Es como vivir dos dimensiones, dos tiempos y espacios a la misma vez.
El Cacho de lo más amable, la verdad, y contra mis prejuicios, no resultó nada arrogante. Me permitió grabar la entrevista y me regaló el libro que me había mandado estudiar, jaja, y ¡hasta lo autografió! Lo más fructífero de la entrevista fue que en las reflexiones que hicimos juntos en voz alta sobre la reflexión (valga la redundancia) en la eduación de las emociones, me hizo ver que lo importante no está sólo en el aula, que es a lo que siempre apunté yo, sino también a una educación sobre las emociones dirigida a los médicos para ayudar a los pacientes que consultan por emociones (como la depresión, por ejemplo) a determinar hasta dónde es un problema el que tienen, y dónde empieza el hecho de que la emoción es un avisador de una situación a cambiar. Los médicos psiquiatras, llegué a la conclusión, tienen un papel fundamental en la educación emocional, que no se da en el aula precisamente, pero que puede determinar el curso de una vida entera. Pienso en mi padre, que fue administrado con psicofármacos desde muy joven, cuando en realidad habría que haberle preguntado si se sentía feliz con las cosas que hacía en su vida cotidiana, y pienso en los niños medicados con Ritalina... El Cacho está abiertamente en contra de los psicofármacos, y eso me cae simpático. Pero sí les ve una función importante en el camino a la corrección de las emociones: pueden ser una ayuda para el paciente en su camino de comprensión de su problema hacia la salida de éste, pero no convertirse en un fin en sí mismo. Y qué papel importante juegan los psiquiatras en esto de la educación emocional. Los docentes pueden hacer un trabajo maravilloso, pero si fuera del aula el niño o el futuro adulto está o estará en manos de un médico que puede arruinar todo ese trabajo... Para pensarlo verdaderamente.
Ahora viene lo cómico. Resultó que me quedaban dos horas entre la entrevista al Cacho y el encuentro con "la vieja", entonces me puse a pasear por los alrededores. En eso llego a un edificio cuyo nombre me suena inusualmente familiar. Entonces miro la agenda y me doy cuenta de que así se llama el edificio donde debo encontrar a "la vieja", con el mismo número de puerta, sólo que un nombre distinto de calle! Entonces recuerdo el email que le envié donde, meticulosa como soy, le confirmo que voy a estar en la dirección que ella me dio (y se la repito para que quede claro). Y pienso, desde mi punto de vista, algo coincidente con mi forma de pensar y actuar: "Ay, si la mujer se da cuenta en el email que me dio mal la dirección se va a preocupar, le tengo que avisar cuanto antes que ya encontré la dirección", entonces entro en el edificio, pregunto en portería por ella y explico que es para avisarle que vendré dentro de una hora a la hora fijada, pero para que sepa que tengo la dirección correcta. Pues nada: me hacen pasar, la secretaria me hace esperarla en una especie de cocinita donde me pude servir café, y cuando media hora más tarde "la vieja" llega, no tiene idea de que llegué antes (para ella cualquier hora parecía ser lo mismo, me miraba vacíamente cuando yo le pedía disculpas por llegar tan temprano) y tampoco es conciente de que me dio mal la dirección (me miraba más vacíamente cuando le dije el nombre de la calle errónea, porque no entendió cuál era el problema, y se encogió de hombros cuando le recordé el nombre de la calle real: "Well, you found the place anyway" me dijo y me guió hasta su oficina). La vieja tenía, verdaderamente, comportamientos de vieja, jeje, obvio que no puedo dar su nombre!
Lo más cómico de todo fue cuando le dije que mi tesis era sobre Martha Nussbaum. Entonces pestaneó un par de veces y exclamó "¡Pero es una filósofa! Y como filósofa, no sabe de lo que habla", juaaa, juaaaa. Le dije que yo también venía del campo de la filosofía, pero era obvio que yo ya le había caído muy bien, porque entonces me respondió "pero lo que tú estás haciendo sí es muy valioso (se entiende que lo de Nussbaum no, jajaja), yo creo que una vez que termines la tesis deberías venir a hacer un posdoctorado en psicología; si vas a hablar de emociones, no puedes no saber de psicología". En fin, tantos años haciendo filosofía, para que no sirva para nada y tener que empezar todo de nuevo!!!! Totalmente positivista la visión de esta profesora. Me acordé muchísimo de los estudiantes de Historia 1, si alguno de ellos está leyendo esto. Se sacaba cartel de que comenzó como profesora de matemáticas y decía que ella sí había podido diseñar una teoría de las emociones como pocos otros, porque si alguien domina las matemáticas después de eso tiene las habilidades para abstraer, y por lo tanto es capaz de teorizar sobre cualquier tema que se proponga. ¿Les suena? ¡Platón querido! ¡Tantos siglos de historia para encontrármelo en el 2011 en Chicago!
Pero todo esto, a pesar de que les pueda sonar un poco pedante, tuvo lugar en un ambiente muy cálido, en el que se reía y alternaba con muestra de fotos de sus nietos en su "tablet". Sí, sin que viniera al caso, sacaba la tablet y me mostraba las fotos, un pire total la vieja... jaja. Creo que le caí bien y me invitó a una cena que hacen el viernes de la semana que viene en homenaje a un psicólogo que no tiene nada que ver con mi tema, pero ella me dijo que iba a ser una experiencia muy buena para mí, y que iba a pedir una invitación para que yo vaya junto con ella. Increíble las cosas que me pasan en esta vida...
La pena es que esta conversación no me permitió grabarla... Se negó rotundamente, diciendo que siempre que la graban luego se arrepiente de lo que dice. ¡Y no es para menos! Cuando me preguntó, al final de la entrevista, si yo ya conocía a la Nussbaum y yo le contesté que no, me "advirtió" que me iba a encontrar con un personaje "extravagante" ("flamboyant" fue la palabra exacta). Bueno, tampoco era una novedad, eso yo ya lo esperaba, y ahora, dicho por alguien de su ámbito... me voy preparando...
Para terminar, volví caminando. En el camino me encontré con el Oriental Institute, donde la Universidad tiene un museo con una cantidad impresionante de muestras auténticas de objetos arqueológicos del antiguo cercano Oriente. Estaba muy cansada y pensaba hacer una visita rápida, pero me encontré con algo que no esperaba y que nuevamente me hizo recordar a los estudiantes de Historia 1: había una sala especial sobre la historia de la escritura.
Allí no sólo había muestras de piedras y trozos de arcilla con escritura cuneiforme, que fue abandonada por la escritura aramea en Oriente y por el alfabeto griego en Occidente alrededor del siglo IX a.C., sino que había muestras de trozos de arcilla donde los antiguos escribas aprendían su oficio... ¡fascinante!
Tengo más fotos, pero no los quiero aburrir.
Además a esta hora, me duele todo. Son las 21 hs (la medianoche en Montevideo) y entre el jet lag y el día cargado de emociones, ya me voy a la cama.
¡Hasta mañana!
Les decía, sigue lloviendo, y hace un frío de pleno invierno en Montevideo, pero dicen que es "un poco fresco" para Chicago en esta época (cómo será el invierno...), que es otoño, así que me fui con bufanda y gabardina (y todo lo demás abajo, obvio, no soy como esos exhibicionistas, jeje).
El hotel tiene un servicio de camioneta que te deja en algunos puntos o bien del centro o de la universidad, y así fui a esta última. A las 9 ya estaba en plena universidad, una hora antes del encuentro con el Cacioppo (que el colega Nico Jara apodó sin darse cuenta "el Cacho", apodo al que me adhiero con gusto), e iba un poco nerviosa, por lo que conté ayer. A estos nervios se le sumaba que la profesora a la que yo en casa le puse "la vieja" por las fotos que vi por internet (jajaja, una psicóloga que no voy a nombrar porque internet es internet, y tengo que contar cosas muy graciosas como verán en un rato), contestó inesperadamente mis emails de solicitud de entrevista y hoy de mañana, justo antes de salir, me encontré con un mensaje de ella citándome para hoy mismo a las 13hs en su oficina. Así que un día cualquiera se convirtió en un día laboral completo, porque salí a las 8y30 y volví a las 16y30 fundida, es decir "arranqué pa' las ocho horas".
Habiendo llegado muy temprano, me dediqué primero a localizar visualmente los sitios donde tendría las entrevistas. La universidad está toda contenida en un campus bastante acotado en distancias, pero considerando que TODO es Universidad y no hay casi viviendas o comercios, es MONUMENTAL. En esa caminata matinal, bajo una llovizna insistente y un frío que me partía los labios y las manos, tomé algunas fotos y filmaciones.
Con mi capucha imprescindible |
Y una vista panorámica del Main Quadrangle, una especie de claustro rodeado por los edificios más antiguos de la universidad:
Después de esta caminata, derechito a ver "al Cacho". Lo curioso es que de afuera los edificios son así como los ven en estas fotos, pero por dentro son muy modernos, con oficinas distribuidas como en el más contemporáneo edificio que se imaginen, y equipamiento mobiliario de punta también. Eso es muy curioso, sobre todo porque al mirar por la ventana para afuera se ve esta especie de claustro renacentista, y por los bordes de la ventana se asoman tímidamente las hojas de hiedra que cubren las parades por fuera. Es como vivir dos dimensiones, dos tiempos y espacios a la misma vez.
El Cacho de lo más amable, la verdad, y contra mis prejuicios, no resultó nada arrogante. Me permitió grabar la entrevista y me regaló el libro que me había mandado estudiar, jaja, y ¡hasta lo autografió! Lo más fructífero de la entrevista fue que en las reflexiones que hicimos juntos en voz alta sobre la reflexión (valga la redundancia) en la eduación de las emociones, me hizo ver que lo importante no está sólo en el aula, que es a lo que siempre apunté yo, sino también a una educación sobre las emociones dirigida a los médicos para ayudar a los pacientes que consultan por emociones (como la depresión, por ejemplo) a determinar hasta dónde es un problema el que tienen, y dónde empieza el hecho de que la emoción es un avisador de una situación a cambiar. Los médicos psiquiatras, llegué a la conclusión, tienen un papel fundamental en la educación emocional, que no se da en el aula precisamente, pero que puede determinar el curso de una vida entera. Pienso en mi padre, que fue administrado con psicofármacos desde muy joven, cuando en realidad habría que haberle preguntado si se sentía feliz con las cosas que hacía en su vida cotidiana, y pienso en los niños medicados con Ritalina... El Cacho está abiertamente en contra de los psicofármacos, y eso me cae simpático. Pero sí les ve una función importante en el camino a la corrección de las emociones: pueden ser una ayuda para el paciente en su camino de comprensión de su problema hacia la salida de éste, pero no convertirse en un fin en sí mismo. Y qué papel importante juegan los psiquiatras en esto de la educación emocional. Los docentes pueden hacer un trabajo maravilloso, pero si fuera del aula el niño o el futuro adulto está o estará en manos de un médico que puede arruinar todo ese trabajo... Para pensarlo verdaderamente.
Ahora viene lo cómico. Resultó que me quedaban dos horas entre la entrevista al Cacho y el encuentro con "la vieja", entonces me puse a pasear por los alrededores. En eso llego a un edificio cuyo nombre me suena inusualmente familiar. Entonces miro la agenda y me doy cuenta de que así se llama el edificio donde debo encontrar a "la vieja", con el mismo número de puerta, sólo que un nombre distinto de calle! Entonces recuerdo el email que le envié donde, meticulosa como soy, le confirmo que voy a estar en la dirección que ella me dio (y se la repito para que quede claro). Y pienso, desde mi punto de vista, algo coincidente con mi forma de pensar y actuar: "Ay, si la mujer se da cuenta en el email que me dio mal la dirección se va a preocupar, le tengo que avisar cuanto antes que ya encontré la dirección", entonces entro en el edificio, pregunto en portería por ella y explico que es para avisarle que vendré dentro de una hora a la hora fijada, pero para que sepa que tengo la dirección correcta. Pues nada: me hacen pasar, la secretaria me hace esperarla en una especie de cocinita donde me pude servir café, y cuando media hora más tarde "la vieja" llega, no tiene idea de que llegué antes (para ella cualquier hora parecía ser lo mismo, me miraba vacíamente cuando yo le pedía disculpas por llegar tan temprano) y tampoco es conciente de que me dio mal la dirección (me miraba más vacíamente cuando le dije el nombre de la calle errónea, porque no entendió cuál era el problema, y se encogió de hombros cuando le recordé el nombre de la calle real: "Well, you found the place anyway" me dijo y me guió hasta su oficina). La vieja tenía, verdaderamente, comportamientos de vieja, jeje, obvio que no puedo dar su nombre!
Lo más cómico de todo fue cuando le dije que mi tesis era sobre Martha Nussbaum. Entonces pestaneó un par de veces y exclamó "¡Pero es una filósofa! Y como filósofa, no sabe de lo que habla", juaaa, juaaaa. Le dije que yo también venía del campo de la filosofía, pero era obvio que yo ya le había caído muy bien, porque entonces me respondió "pero lo que tú estás haciendo sí es muy valioso (se entiende que lo de Nussbaum no, jajaja), yo creo que una vez que termines la tesis deberías venir a hacer un posdoctorado en psicología; si vas a hablar de emociones, no puedes no saber de psicología". En fin, tantos años haciendo filosofía, para que no sirva para nada y tener que empezar todo de nuevo!!!! Totalmente positivista la visión de esta profesora. Me acordé muchísimo de los estudiantes de Historia 1, si alguno de ellos está leyendo esto. Se sacaba cartel de que comenzó como profesora de matemáticas y decía que ella sí había podido diseñar una teoría de las emociones como pocos otros, porque si alguien domina las matemáticas después de eso tiene las habilidades para abstraer, y por lo tanto es capaz de teorizar sobre cualquier tema que se proponga. ¿Les suena? ¡Platón querido! ¡Tantos siglos de historia para encontrármelo en el 2011 en Chicago!
Pero todo esto, a pesar de que les pueda sonar un poco pedante, tuvo lugar en un ambiente muy cálido, en el que se reía y alternaba con muestra de fotos de sus nietos en su "tablet". Sí, sin que viniera al caso, sacaba la tablet y me mostraba las fotos, un pire total la vieja... jaja. Creo que le caí bien y me invitó a una cena que hacen el viernes de la semana que viene en homenaje a un psicólogo que no tiene nada que ver con mi tema, pero ella me dijo que iba a ser una experiencia muy buena para mí, y que iba a pedir una invitación para que yo vaya junto con ella. Increíble las cosas que me pasan en esta vida...
La pena es que esta conversación no me permitió grabarla... Se negó rotundamente, diciendo que siempre que la graban luego se arrepiente de lo que dice. ¡Y no es para menos! Cuando me preguntó, al final de la entrevista, si yo ya conocía a la Nussbaum y yo le contesté que no, me "advirtió" que me iba a encontrar con un personaje "extravagante" ("flamboyant" fue la palabra exacta). Bueno, tampoco era una novedad, eso yo ya lo esperaba, y ahora, dicho por alguien de su ámbito... me voy preparando...
Para terminar, volví caminando. En el camino me encontré con el Oriental Institute, donde la Universidad tiene un museo con una cantidad impresionante de muestras auténticas de objetos arqueológicos del antiguo cercano Oriente. Estaba muy cansada y pensaba hacer una visita rápida, pero me encontré con algo que no esperaba y que nuevamente me hizo recordar a los estudiantes de Historia 1: había una sala especial sobre la historia de la escritura.
Allí no sólo había muestras de piedras y trozos de arcilla con escritura cuneiforme, que fue abandonada por la escritura aramea en Oriente y por el alfabeto griego en Occidente alrededor del siglo IX a.C., sino que había muestras de trozos de arcilla donde los antiguos escribas aprendían su oficio... ¡fascinante!
Tableta de arcilla donde los estudiantes de escriba sumerios aprendían copiando. | ¡Qué trabajo! Mejor los cuadernos Tabaré... |
Tabletas de arcilla circulares con diferentes ejercicios. |
Además a esta hora, me duele todo. Son las 21 hs (la medianoche en Montevideo) y entre el jet lag y el día cargado de emociones, ya me voy a la cama.
¡Hasta mañana!
Me encanta el diario de Chicago, ja ja ja, lo voy a leer todos los días. Qué lindo lugar, muy inglés, con todo ese señorío, y la enredadera... solo falta Harry Potter, ja ja ja. Bueno, entre el Cacho y la vieja, el Cacho toda la vida, y vos aprovechá lo que venga de donde venga, cena, charla, etc. que aparezca por ahí... y si tenés que estudiar psicología estudio contigo, ja jaja
ResponderEliminarEspero ansiosa qué pasó hoy!
Besote
FEr
fa hele, que lindo todo! me da una envidia!sana por supuesto. muy graciosa la vieja la verdad, parece una peli de woody allen lo que contas.
ResponderEliminarseguí con este diario que los que estamos por acá viajamos gratis un poco, besos.
Gracias, lectoras!! Así da gusto escribir un diario!!
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