CUMPLIMOS UN MES
El 7 de abril fue la primera vez que escribí en este blog. Lo hice por varias razones, que ya expliqué: porque no es fácil publicar en Uruguay, porque tengo mucho que decir, y porque tener un público, por más pequeño que sea, es muy importante para alguien que pretende escribir.
Pero una razón muy importante y que tal vez en ese momento no era explícito, fue que estaba muriéndome poco a poco sin un motivo para escribir. El trabajo de escribir es uno muy solitario, ya fue dicho por alguien que no recuerdo quién era. Uno escribe a solas, y se lo muestra a sus seres más cercanos, y después empieza un camino de años "mendigando" en editoriales que sea publicado. Eso desmotiva de una manera que ustedes imaginarán. Sobre todo porque hay otras actividades que me consumen día a día. ¿Para qué escribir, si nadie está esperando para leerlo, y yo tengo tantas cosas que hacer en ese tiempo en el que estaría escribiendo? Esto me estaba deprimiendo, me estaba convirtiendo, poco a poco, en una mujer que iba a terminar amargándose.
El blog me devolvió la vida. Cada día estoy pensando qué voy a compartir con ustedes, los lectores. Me permite decorar, cambiar de lugar los implementos, y todas esas cosas "femeninas" como ya me han señalado, que me gusta hacer en este espacio. Lo disfruto, y cada día tiene sentido porque tengo la posibilidad de pensar qué haré en estos minutos que me dedico a mí misma, a mi blog. Y eso es mucho. Digamos que el blog me salvó, a largo plazo, de terminar en un antidepresivo. El blog es mi antidepresivo. Me hizo feliz. Haber llegado a 800 visitas en un mes es más que lo que había soñado. Gracias por estar ahí.
Pero una razón muy importante y que tal vez en ese momento no era explícito, fue que estaba muriéndome poco a poco sin un motivo para escribir. El trabajo de escribir es uno muy solitario, ya fue dicho por alguien que no recuerdo quién era. Uno escribe a solas, y se lo muestra a sus seres más cercanos, y después empieza un camino de años "mendigando" en editoriales que sea publicado. Eso desmotiva de una manera que ustedes imaginarán. Sobre todo porque hay otras actividades que me consumen día a día. ¿Para qué escribir, si nadie está esperando para leerlo, y yo tengo tantas cosas que hacer en ese tiempo en el que estaría escribiendo? Esto me estaba deprimiendo, me estaba convirtiendo, poco a poco, en una mujer que iba a terminar amargándose.
El blog me devolvió la vida. Cada día estoy pensando qué voy a compartir con ustedes, los lectores. Me permite decorar, cambiar de lugar los implementos, y todas esas cosas "femeninas" como ya me han señalado, que me gusta hacer en este espacio. Lo disfruto, y cada día tiene sentido porque tengo la posibilidad de pensar qué haré en estos minutos que me dedico a mí misma, a mi blog. Y eso es mucho. Digamos que el blog me salvó, a largo plazo, de terminar en un antidepresivo. El blog es mi antidepresivo. Me hizo feliz. Haber llegado a 800 visitas en un mes es más que lo que había soñado. Gracias por estar ahí.
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