Juguemos al detective: la revancha



Nuevamente les propongo un juego. ¿Pueden encontrarle pies y cabeza a este cuento? La pregunta que puede guiarlos esta vez es: ¿Por qué la protagonista se siente así? Pero la pregunta que deben contestar para ganarse el ejemplar de A su imagen y semejanza es: ¿QUIÉN ES FERNANDO?
Escribí tu respuesta como comentario, y dejanos una dirección de email, o tu usuario de facebook para poder localizarte. En unos días sabrán el final del cuento y el ganador, que será sorteado entre quienes acierten. Si ya tenés A su imagen, pensá en qué lindo regalo para el Dia del Abuelo! (aun menos apropiado, jeje...)

 ANTES DEL AMANECER
Sentada con la cabeza entre las manos, frente a un papel en blanco y un lápiz, daba vueltas por mi cabeza la atormentada pregunta acerca de quién podría haber sido tan cruel para revivir los días de escuela primaria, imponiéndome aquella tarea sin sentido y que sin embargo no era posible eludir. Escritas a modo de título, unas palabras, y lo que mis ojos lograban distinguir era "Redacción: un personaje de mi juventud". Y de a poco, un subtítulo emergía tembloroso, como desde abajo del agua. Era un nombre: "Fernando". Y ¿quién era Fernando? Nadie del que se pudiera escribir mucho. Tenía una vaga idea de que había sido un compañero de estudios, o algo así.
Debía ordenar mis pensamientos con cuidado para poder escribir algo bueno, pues del resultado del relato dependía una cosa importante, y debía ser entregado en pocas horas. Pero yo no sabía quién era ese Fernando, y mis dedos pesaban, apenas podía levantarlos de la mesa, mientras la ansiedad por cumplir con la tarea los inundaba de un sudor frío por el que resbalaba el lápiz... Pero debía pensar, tratar de enumerar.
Este muchacho parecía haber sido una de esas personas lejanas, indiferentes. Por eso me costaba recordarlo. Brotaban las palabras de su boca con una fluidez y seguridad inimitables en las clases y reuniones de estudiantes, mientras yo no lograba que mis temores me permitieran abrir los labios. Sentía entre él y yo la infranqueable barrera que divide la introversión de la extroversión, aunque él, desde su asiento en las primeras filas, no notara barrera alguna, ni siquiera de quién lo separaba.
Pero... un momento... Si no me mentían estas figuras fantasmales que se empeñaban en desdibujarse o estas voces poco moduladas, apenas descifrables, en algún momento debimos intercambiar alguna palabra, pues un día de verano, de esos en que corren arroyos por los surcos del cuerpo, me veía hablando con él por teléfono, en un diálogo arremolinado de cuyo tema, escurridizo, no lograba acordarme.
Y luego... Sí, eso podía reconocerlo como propio. "No sé qué voy a hacer de mi vida" escribía yo con letra todavía aniñada en las contratapas de mis cuadernos de  apuntes. "No sé qué voy a hacer de mi vida" me dijo un día con un susurro atormentado en el medio de una lección. Yo abrí dos ojos grandes como manzanas. "¿En serio?". Y chapoteábamos en murmullos filosóficos durante clases enteras enredándonos en la tela de araña que nuestra propia ansiedad por conocer el futuro, el universo, las causas de la vida misma, iba tejiendo. Creo que un día decidimos no sentarnos juntos nunca más, para poder aprovechar las lecciones. Pero ese, ¿era Fernando?, ¿o mi amiga Fernanda? No, no, Fernanda nunca estudió en mi Facultad.
¿Y qué hacía su cara en mi casa, teniendo de fondo el panel donde yo sujetaba con alfileres las fotos de mis últimas vacaciones, mi mejor amiga, mi cantante preferido? Es posible que viniera a estudiar conmigo, pero el recuerdo más insistente era un espiral de carcajadas, del cual era tan difícil salir, pues al suspiro de alivio sucedía la mirada cómplice del otro y la concentración pretendida se escurría junto con la cascada de risas. Eso ocurría por largos minutos, horas enteras, tardes completas, cómo podría yo saberlo.
Sin embargo, de las risas rápidamente brotaron las lágrimas. ¿Qué era esa nube que oscurecía todo? ¿Y qué tenía que ver Fernando en todo esto? Eran unos escalofríos petrificantes, y lo que me parecía ver era todas las partes del universo de mi vida, mi único universo tan bien armado, chocándose unas contra otras, despedazándose. Y Fernando allí, en el árido desierto, oasis salvador, pero no sé cómo.
¿En qué forma iba a escribir todo esto? Pero el terror a las consecuencias me compelía. Debía seguir pensando.
Existían lugares que asociaba con Fernando. Debí haber estado en ellos con él. Todos tenían algo de pintoresco: coloniales, evocadores de las épocas en que los carruajes conducían a señoras de largos vestidos de encaje y señores de galera; o agrestes, de esos que te dejan un sabor a hierba o sal entre los labios. Sí, eso es lo que trajo Fernando a mi universo roto: ratitos en que el sol sonreía, en que se olvidaban los planes funestos, en los que yo llevaba a cabo cosas que pertenecen a mi lado aventurero, que sólo se habían cumplido en mis juegos imaginarios de niña. Porque, claro, los papás nunca permiten a sus pequeñas trepar por senderos de ladrillos que en algún tiempo fueron escaleras y penetrar corriendo con pasitos cortos y ruidosos a un viejo bunker con forma de cabeza de águila y salir por sus ojos a mirar el horizonte, donde el mar y el cielo casi se confunden. Pero este papá sí me dejaba. ¿Sería mi padre, en realidad? Pero no, mi padre nunca paseó conmigo sin mi madre; no lo recordaría con esa tibieza íntima y ese respeto silencioso que sólo sucede cuando estamos a solas con un ser admirado [...]

CONTINUARÁ... (Espero sus apuestas)

Comentarios

  1. En una primera leida me parece que la protagonista hoy es una señora mayor con problema de memoria, y que Fernando es o fue un gremialista estudiantil que algo le sucedió en la dictadura.- No me atrevo a dejar este comentario como último, lo voy a releer y quizas tenga otra sensación.- Besos y me encanta este juego.- Silvia Pacelli

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  2. Gracias! Al fin una valiente que se anima a arriesgar una opinión! Bueno, sigo esperando! Che, pero según Silvia ¿yo siempre escribo de señoras mayores con mala memoria? ¿Tendré un trauma? Jajaja.

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  3. Para mí que Fernando era un amor de la niñez que acompañaba a la protagonista simbólicamente haciéndola feliz en todo momento; incluso cuando estaba con amigas.

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  4. Gracias por el comentario! Pero recuerden que si no dejan email, usuario de facebook o algo así, no podemos localizarlos si salen sorteados! Besos!

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  5. A ver si descubrís quien lo dejó....(re)detective...

    Aparte, traté de dejar el comentario con nombre pero no me habilitaba la posiblidad de publicar...

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  6. Buenas noche, Helena. Sí, yo pensé como Silvia, que otra vez andabas escribiendo de viejas gagá, pero no creo que sea otra vez lo mismo... capaz escribiste cosas parecidas varias veces, pero no creo que hayas elegido el mismo tema otra vez para el mismo juego. A mí me hace acordar un poco al cuento de García Márquez "Ojos de perro azul", que son dos personas que se conocen sólo de los sueños. Puede que sea un sueño, y el tal Fernando no existe en otro lado que ahí, por eso le cuesta localizarlo en la vida real, como un entrevero de imágenes, que lo vio en otros sueños. No sé este mi aporte. Salú

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  7. Para "Anónimo": clik en "comentar como", marcás "nombre/URL" y ponés tu nombre, el URL no es necesario. "Continuar" y escribís tu mensaje, es fácil, igual siempre podés escribir tu nombre en el mensaje como yo ahora: Salú, Francisco (Helena ya me conoce del fbk x eso no pongo mail). Pero está bueno eso de devolverle el juego, que ella adivine, je

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  8. Gracias, Francis, me hiciste acordar de ese hermoso cuento y si lo encuentro en internet lo pongo en el blog para compartirlo. Claro que me da un poco de complejo de inferioridad, poner a ese maestro en mi blog...
    Anónimo, puedo sumarme a tu juego. A ver... sos de Uruguay, porque las estadísticas del blog me dicen que a esa hora que publicaste no entró nadie más que no fuera de Uruguay. Además sos amigo mío en facebook, porque la mayor parte de entradas se hizo desde allí (tengo todo controlado, jejejeje). Por otra parte, debo restar de mis amigos de facebook de Uruguay todos los que ya han publicado comentarios en el blog, dejando su nombre de una u otra manera. Además escribís muy bien, en tus comentarios no hay ni una falta de ortografía ni puntuación, y eso también es muy fácil de corroborar, podría borrar YA a muchos de mis amigos mentalmente. Decime si voy por buen camino... Si me respondés, la sigo!

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  9. Acá está el cuento de García Márquez...
    Pueden leerlo a ver si los ilumina un poco, nada que ver pero me dio la idea mi amigo Francisco:
    http://www.literatura.us/garciamarquez/perroazul.html
    Otro día lo publico en la página principal, hoy ya me dio vergüenza...

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  10. Queridísima Helena, sabés bien que no puedo participar porque he leído todo lo tuyo. Me acuerdo bien de este cuento, que siempre me ha parecido hermoso. Me parece muy buena la idea del concurso, vamo'arriba!

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  11. HERMOSO CUENTO.
    ME HIZO PENSAR Y REFLEXIONAR DE QUE MUCHAS PERSONAS ESTÁN COMO LA SEÑORA DEL CUENTO. ESTA ES UNA TRISTE REALIDAD QUE LE SUCEDE A VARIOS Y QUE NO NECESARIAMENTE SON ANCIANOS.
    CREO QUE FERNANDO ES SU PSICÓLOGO O PSIQUIATRA. UN BESO GRANDE Y SEGUI ESCRIBIENDO. S@brina
    MI CORREO ES sabri_lasa2007@hotmail.com o por face Sabrina Ezeiza.

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  12. HOla, me parece que es una señora mayor ya que la redacción se trata de "Un personaje de mi juventud", por lo que razono que joven no es, y como tiene dudas de sus recuerdos parece que éstos fueran lejanos, no necesariamente que la señora tenga alguna enfermedad, no los recuerda con exactitud justamente por el paso del tiempo.-Sigo leyendo y sigo pensando que Fernando era un estudiante comprometido con la realidad del país.- Silvia

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  13. Helena aun no habia publicado xq desde el lunes estoy pensando quien será... Esta vez si que está dificil... Pensé en Fernando como un compañero de facultad, que se fue transformando en un amigo muy cercano, y que evocarlo le trae muy lindos recuerdos... pero luego empieza a vincularlo con otro tipo de recuerdos, como si hubiese pasado algo terrible que no recuerda y le da esa sensación de tristeza, de perder algo de luz en su vida... Algo sucedió con Fernando, algo que la obligó a borrar sus recuerdos... tal vez una tragedia, tal vez un abandono... Me encantaría saber el verdadero rol de Fernando!!! Jaja, bueno mucha suerte a todos, porque el libro que se sortea vale la pena :) SALUDOS!!

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