Mi hijo y sus conclusiones de lo que yo le cuento...
Cuando tenía ocho años, mi hijo Emiliano tuvo que escribir para la escuela una redacción sobre sus ancestros. Esto fue lo que escribió, después de preguntarme anécdotas y con mi ayuda para expresarse más claramente. ¡Lo encontré hoy después de años perdido en un cajón! Es divertidísimo, y lo comparto.
"Los inmigrantes" de Rodolfo Campodónico |
Hace muchos años cuando en Europa no había trabajo mis bisabuelos vinieron de Polonia a Uruguay en barco. Les llevaba como un mes llegar. Venían en muchos barcos y no todos juntos. Venían unos un mes y otros otro mes. Los que venían primero iban aprendiendo el idioma español despacio. Porque ellos hablaban polaco y no entendían nuestro idioma. Eran tan despistados que mi bisabuelo una vez cuando se estaba quedando en el Hotel de los Inmigrantes en la Ciudad Vieja salió a caminar y encontró una barraca y por señas preguntó si le podían dar trabajo y le dijeron que sí que viniera mañana. Al otro día fue muy contento a trabajar pero no se acordaba dónde era la barraca y como no entendía nada tampoco podía preguntarle a nadie así que se quedó sin el trabajo. Eran muy jovencitos más o menos de 18 o 20 años, entonces después de ir a trabajar decían “¿Qué hacemos?” y a veces hacían bailes y alguno que tenía un acordeón tocaba y los demás bailaban. También algunos conseguían novia y así se conocieron mis bisabuelos. Como eran tan jovencitos se pasaban haciendo muchas bromas y riéndose. Cuando llegaba un barco iban al puerto a recibir a los que venían, algunos eran conocidos y otros no pero igual se hacían amigos. Los que llegaban nuevos como no sabían español cuando querían comprar un kilo de azúcar o algo así les preguntaban por favor a los que llegaron antes cómo se dice. Entonces en broma les enseñaban “DECÍ QUIERO UN KILO DE CACA”. Entonces cuando uno iba al almacén le decía al almacenero: “QUIERO UN KILO DE CACA” y el almacenero se mataba de la risa y el muchacho se daba cuenta del chiste y se iba corriendo a rezongarlo al amigo que le había enseñado mal. Ahora voy a contar cómo mi bisabuelo al final consiguió trabajo en un frigorífico del Cerro. Un frigorífico es un lugar donde se le saca la carne a las vacas y así se hace el asado, las milanesas, las hamburguesas y los churrascos. Mi bisabuelo le preguntó a otro polaco que trabajaba ahí si le podía decir qué tenía que decirle al capataz para que le diera trabajo. Entonces el amigo le dijo: “DECILE CAPATAZ CARAJO QUIERO TRABAJO”. Para que le diera el trabajo mi bisabuelo fue bañadito, peinadito, con ropa limpia y una boina de color azul. Fue a decirle al capataz: “CAPATAZ CARAJO QUIERO TRABAJO” y el capataz le preguntó: “¿quién te dijo que me dijeras eso?” Mi bisabuelo le dijo que había sido su amigo. Entonces al amigo lo suspendieron por un día y a mi bisabuelo le dieron el trabajo. Por eso mi mamá nació en el Cerro, porque mi bisabuelo se construyó una casa ahí para que le quedara cerca del frigorífico.
la pintura es de Rodolfo Campodonico, recien la busque en la web..jajaj muy linda la historia
ResponderEliminarbesos
Manu
Gracias!!! Ya lo cambio. Me encanta! Descubrí a un pintor nuevo! Un beso, Manu!
ResponderEliminarja ja, que linda historia.
ResponderEliminarque lindo...y también gracioso...je
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