La vida es sueño III

Gente

DOMINGO 18 DE MARZO. En un tren hacia Swansea.

Hace cinco días que no escribo nada. Ha sido imposible. Miro las fotos y no puedo creer que haya pasado todo este tiempo sin haber podido sentarme a tomar un descanso, reflexionar y escribir algo sobre esto, y sin embargo tampoco puedo creer que todo lo que tengo para decir haya ocurrido verdaderamente en cinco días, y no en cinco meses. 

Anastasia

Me hice de una amiga rusa, Anastasia: entre todos los nombres posibles para una mujer rusa, yo conocí a la que tiene el nombre más obvio. Una joven de treinta años que trabaja en la Biblioteca nacional de Moscú dando talleres de Filosofía para niños. Inteligente y serena, me cayó bien desde que la vi por primera vez en el taller que dictó el miércoles sobre comunidad de indagación y arte abstracto, como parte de esta semana de intercambio sobre el mismo tema. Ella llegó de Moscú el martes de noche, menos de 12 horas antes de empezar su taller, que ya se había cancelado, porque su visa no estuvo lista a tiempo para cuando salía su avión. (Me llama la atención que los rusos necesitan una visa para entrar a Reino Unido, y los uruguayos no). Pero la visa finalmente llegó, y todavía había vuelos disponibles para Londres, así que se tomó uno y concretó su plan. Estuvimos juntas desde entonces, porque se hospedó en el mismo hostal, y su humor suave e inocente hizo más llevaderos algunos momentos de estrés. Ella nunca tenía apuro y mientras paseábamos por Londres se quedaba atrás mirando vidrieras y sacando fotos, lentamente midiendo las distancias y los ángulos. Cuando salimos de mi seminario, que cerraba el ciclo de cuatro días sobre el mismo tema, me ofreció su mano para “chocar los cinco” diciendo “Lo hicimos!” 

Pocas veces he sentido esa cercanía inmediata con alguien de tan reciente aparición. Nos dimos un abrazo de despedida justo hoy, frente a la Torre de Londres, bajo la nieve que caía, porque ella seguía de paseo. Prometimos vernos de nuevo. Esas promesas que uno hace de gusto no más, porque ninguna de las dos personas sabe si será posible, pero igualmente es irresistible hacerlas. Ahora mismo, desde este tren a Swansea, estamos intercambiando mensajes por Messenger con un cierto dejo de nostalgia, como si no nos hubiéramos separado y siguiéramos compartiendo experiencias e impresiones. Me envía fotos en las que yo aparezco, y yo le retribuyo, porque nuestras fotos, como nuestros destinos, se encuentran entrelazados indefectiblemente en este viaje. (Este viaje a Londres? O el viaje de la vida? O es tal vez lo mismo porque esto ha sido parte de mi vida? No es curioso que este comentario me haya brotado entre paréntesis, porque de hecho siento que estoy viviendo en un paréntesis, pero lo es? Tengo problemas con mi distinción entre lo que es La Vida y Un Momento. Pero mi problema puede ser que no existe tal distinción…? Qué  piensan?)

Comentarios

  1. Yo creo que la vida es una serie de momentos, momentitos y Momentazos. Esto que vivis, calificaría dentro de la tercera categoría. Pero este Momentazo va a afectar a muchos otros momentos y momentitos del resto de tu vida. Ni empieza cuando pusiste el pie en el avión de partida ni termina cuando bajás de vuelta en Carrasco. Cuando estabas preparando el viaje, reuniendo el dinero, contándole a tus amigos adónde vas, eligiendo la valija a llevar, buscando info en la web, etc. etc., todo eso son momentitos pre-Momentazo. Ese Momentazo ya está afectando tu vida y cuando volvés, igual. Va a haber fotos para ordenar, apuntes que clasificar, material para guardar y /o archivar y muchas anécdotas para contar. Y a la vez, vas a seleccionar qué anécdotas contás a quién y cómo las vas puliendo a medida que las contás. Yo le narro a mis amigos de la música mi visita a una megadisqueria y el material que encontré y lo disfrutan, pero a otros no le cuento porque de pronto no lo aprecian de la misma manera, aunque también están aquellos a los que le importa porque ese momentito en ese local me hizo a mi feliz. Así te va a pasar y por mucho tiempo.
    Pero además, la gente que conociste, su forma de interactuar, de vivir, de expresarse, lo bueno y lo malo de otra sociedad, va también a afectar el resto de tu vida, seguramente en la manera en que vos interactúes, vivas y te expreses. Ya vendrá entonces otro Momentazo y lo vas a comparar con este y luego otro y otro y así sucesivamente. Entonces a esa sumatoria llamale Vida, si querés. Ta luego.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El por qué de la alondra y el ruiseñor

El cementerio del Cerro