Encuentros imposibles (y que, sin embargo, sucedieron)
Algunos de ustedes saben que estoy escribiendo sobre mis ancestros, y sobre mi búsqueda, esa misma búsqueda que me permite escribir sobre ellos. Esta es la historia de un encuentro que sucedió en febrero de 2013, en que estuve 1 día en el pueblo donde nacieron mis abuelos en Polonia, llamado Zabiele. "Magoya", a quien se hace referencia, no es ningún personaje tanguero. Se trata de mi prima Malgorzata (Margarita en polaco) que me hizo de guía e intérprete durante ese día que marcó un antes y después en mi vida. Le llamo así porque su diminutivo en polaco suena algo así como "Maugoya"; me reí la primera vez que lo dije en casa, todos dijeron "Magoya!" y le quedó, entre nosotros, aunque ella lo sepa pero no entienda jamás. Tendría que nacer de nuevo en el Río de la Plata para entender lo que el apodo que le dimos significa. Aquí va el relato. Comenzando con una foto del descampado paisaje con el que mis abuelos crecieron, y que para mí fue tan exótico...