El hombre más triste del mundo
Comienzo con la canción "Nada me da satisfacción" del uruguayo "Cuarteto de Nos":
Me aburre todo y no encuentro acomodo
nada me motiva, ni capta mi atención
no me asombro ya de ningún modo
ni nadie es santo de mi devoción
Busco una sorpresa que me vuele la cabeza
pero por mi naturaleza, nada me interesa
y sí, se ve, no encuentro en que creer
pero no me resigno a ver la vida por tv
Nada que oír, nada que ver, ni nada que me mueva
nada que hablar, nada que hacer, nada que me conmueva
nada de acción, que me haga sentir algo de emoción
(ahhh) nada me da satisfacción
(no) (no) (no) (no)
Mi pasión se esconde no sé en dónde
no me llega lo moderno, ni lo "kitsch"
hablo con mi almohada y no me responde
no me alegra ni un verano en Miami beach
Ni ver gente en el cadalso en la CNN
ni entrar con un nombre falso en el MSN
ya sé, yo voy en otra dirección
pero mi paciencia ya está en vías de extinción
Nada que oír, nada que ver, ni nada que me mueva
nada que hablar, nada que hacer, nada que me conmueva
nada de acción que me haga sentir algo de emoción
(ahhh) nada me da satisfacción
Ver nacer placer en mi es un parto y de buscar estoy harto
algo que parta de un tirón mi corazón como un infarto
y para fingir alguna sensación
no le puedo pedir ni a mi propia imaginación
Ni tomar un escocés, ni degustar un daiquiri
si fuera japonés, ya me hacia el harakiri
y sí, ok, no soy Galilei
y ya no me apasiona ni luchar contra la ley
Nada que oír, nada que ver, ni nada que me mueva
nada que hablar, nada que hacer, nada que me conmueva
nada de acción que me haga sentir algo de emoción
(ahhh) nada me da satisfacción
(no) (no) (no) (no)
El estadio, ¡me aburre!
La radio, ¡me aburre!
El camping, ¡me aburre!
El zapping, ¡me aburre!
La religión, ¡me aburre!
El cotillón, ¡me aburre!
El bingo, ¡me aburre!
El domingo, ¡me aburre!
El fair play, ¡me aburre!
El dj, ¡me aburre!
La oficina, ¡me aburre!
La rutina, ¡me aburre!
El shopping, ¡me aburre!
El doping, ¡me aburre!
Divertirme, ¡me aburre!
Aburrirme, ¡me aburre!
Nada que oír, nada que ver, ni nada que me mueva
nada que hablar, nada que hacer, nada que me conmueva
nada de acción que me haga sentir algo de emoción
(ahhh) nada me da satisfacción
(no) (no) (no) (no)
Si querés escucharla y ver al Cuarteto:
Comienzo con esta canción porque hoy iba camino a ver a mi padre en el residencial y dio la casualidad que mi mp3 en "random" se ubicó en este tema. Jung solía decir que "nada es casualidad", por lo tanto seguramente hubo algo en el aire, en mi estado de ánimo, que me estaba preparando para ver a mi padre. A mí esta canción me gusta al oído pero me desespera cuando reflexiono un poco acerca de su contenido. ¿Qué le quedaría a alguien a quien "nada le da satisfacción"? La muerte, acaso.
Mi padre está ahora en un residencial porque él mismo decidió que la vida era demasiado triste para vivirla.
Ya lo conté en otro momento. Se metió en cama un día hace más de dos años y sólo se levantaba para ir a comer o al baño. De esa manera fue perdiendo toda su masa muscular y, ahora, ya no puede mantenerse en pie. Tenía amigos que lo adoraban, pero él rechazaba toda visita, no conversaba con nadie, ni siquiera con mi madre, y hoy ha perdido una gran parte de su vocabulario, y ni siquiera se acuerda de nuestros nombres cuando vamos a verlo. ¿Qué lleva a que un hombre llegue a esa situación?
Fue difícil para nosotros sus hijos verlo regodearse en la tristeza. Que viniéramos a ofrecerle nuestros éxitos y él dijera: "Qué suerte que tenés vos, pero mi vida es una desgracia". ¿Qué vida era una desgracia? ¿No es la vida acaso algo que construimos con otros? Si los otros que están más cerca son felices, están enamorados, tienen bebés, salvan exámenes y abrigan sueños, ¿no es eso suficiente para que alguien sea feliz?
Me dicen que se llama depresión, que es una enfermedad y que por lo tanto debería comprender. Nunca lo pude comprender. Nunca. Yo también, al igual que sus amigos, comencé a dejar de verlo. Insistí muchas veces en llevarle mis alegrías. Cuando su respuesta: "qué suerte que tenés" se perpetuó, como si yo fuera alguien que no tuviera nada que ver con su felicidad, dejé de verlo.
Hoy, he vuelto. Porque está indefenso, porque perdió sus capacidades básicas y porque en el residencial no está siempre mi madre, en cuya compañía me apoyé, como pretexto, para pensar que mi compañía no era necesaria. Ahora voy. Día por medio estoy ahí, y es la experiencia más triste que he pasado en mi vida.
Mentira, no es la más triste. Hubo otras. De pérdidas insuperables, de sinsentidos del destino. Pero de esas otras pérdidas uno se puede recuperar con el esfuerzo de focalizarse en otra cosa, otra cosa que le "da satisfacción" como en la canción. Algunos optarán por "la radio, el zapping, el shopping o la religión" como dice el Cuarteto, y lograrán salir de una manera u otra. A mi padre no se le ha arrebatado nada. La tristeza está dentro suyo, ¿cómo se extirpa?
La semana pasada le llevé a mi hijo de 10 años, Leandro. Mi padre lloró de emoción: "Qué precioso es, qué afortunada sos de tener un hijo así". Le dije que también era su nieto, pero eso no lo quiso escuchar. Leandro le había llevado barajas en su afán de motivarlo. El abuelo le dijo: "Muchas gracias por tu intención, pero yo no quiero jugar a nada", y volvió a llorar de emoción por el buen corazón de su nieto.
Esta tarde, cuando llegué, después de escuchar la canción en cuestión, me di cuenta de que eso es en definitiva lo que le pasa: que sí le pasan cosas, que están a su disposición, pero él no puede asirlas, las ve pasar y nunca puede apoderarse de ellas, aunque incluso le pertenezcan.
Le di de comer. Como él me dio de comer de bebé, soplando el bocado de papa y zapallo y poniéndomelo en la boca, yo hice lo mismo. Me miró agradecido: "¡Qué buena persona que sos!" me dijo, "Y pensar que yo estoy tan solo". Mi compañía no servía de nada.
Ya no me da para enojarme como antes, porque está más desvalido que nunca.
Un hombre que está en una cama porque así lo eligió, que tiene una tele que no quiere ver, unos nietos que no reconoce como parte de su patrimonio vivo, gente buena que lo rodea pero él los ve sólo como circunstancias pasajeras, porque su esencia es la soledad.
¿Dónde, qué tan profundamente enterrado, está el corazón de un hombre así de triste? ¿Cómo se llega a ese corazón?
Y yo peleo cada día por mi alegría, porque sé que puede estar acechándome, escondida entre mis genes, la tristeza del hombre más triste del mundo. No le tengo miedo a nada en este mundo. Excepto a eso.
Van Gogh, En el umbral de la eternidad |
Al principio te marqué que me identificaba pero ahora decidí escribirte.
ResponderEliminarVos ya sabés que a lo que más temo en la vida es a la locura. Conoces mi historia.
Dios o los dioses paganos, o nuestras energías deseosas nos dieron la maravillosa oportunidad de conocernos y de decirnos sin miedos nuestros pensamientos y sentimientos cara a cara.
Por esto, estoy segura que nunca llegarás a ser la mujer más triste sentada en el umbral de la eternidad. Amás y sos amada, y reconocés y agradecés ese amor y lo devolvés con creces; trabajas mucho y también lo haces con amor, con felicidad, con la plenitud de una mujer que sabe lo que quiere pero fundamentalmente lo que no quiere: ESTAR TRISTE Y SENTADA EN EL UMBRAL DE SU ELEGIDA ETERNIDAD. Vos nunca tomarías ese camino porque no te regodeas en el dolor, en el sufrimiento, no sos una mártir de la vida, sos un ser humano en el más pleno sentido del término, sos esencialmente humana porque parte de la vida es obviamente el sufrimiento, sentir miedo, sentir tristeza, pero la diferencia radical con ese triste ser humano que te dio el más grande de los regalos que es la vida, es que vos tomás ese dolor (que lo sufrís, lo padecés) y lo TRANSFORMÁS. No te quedás entregada a la tristeza, sentada y gritándole al mundo "qué infeliz me siento", "toda mi vida ha sido un sufrimiento, pobre de mí". NO, vos, si bien has sufrido, también has mutado, aprendiste a decir NO; BASTA; NO QUIERO ESTO PARA MI; ya que no puedo cambiar la cabeza de los demás, LA MÍA SÍ, porque tengo TODO y ese todo es el amor de los que te rodeamos. No quiero caer en lugares comunes, pero Helen no podemos -y vos sabés muy bien de mi lucha por cambiar la vida de los que más amo- decirles y hacer de todo para que ellos tomen, se apropien de sus vidas y logren sentir que parte de ella es la dignidad, es el autorrespeto, es crecer y aprender aunque estén/estemos muriendo, ser agradecidos y no menospreciar el amor que se les brinda en pequeños gestos, actitudes, no se puede ser tan egoísta. Me harta el egoísmo, las malas decisiones con tantas advertencias previas que una le da a nuestros seres queridos; que se embriaguen porque están solos, solas, porque supuestamente nadie los quiere; porque no quieren y no quisieron cuando tuvieron la oportunidad de tomar la vida por los cuernos y atreverse a vivirla con todo o con lo que pudieran, pero luchar por ella. Me harta que lo que una da siempre sea poco, me harta que no se quieran... ahora ya es tarde. Me duele porque si no lograron quererse, entonces nunca despertaré en mis padres su amor hacia mí. No me quieren, no son felices si soy feliz, si me río, si repito en sus oídos siete veces mi mantra que es de agradecimiento infinito por estar viva y no muerta en vida. Vos nunca llegarás a eso porque si yo apenas atisbara en vos esa actitud, ese sentimiento te gritaría, te sacudiría y te repetiría siete veces: lo siento, gracias, perdóname, te amo.
Gracias, amiga del alma, hermana del corazón.
ResponderEliminarMi querida Helena: el ser que es dominado por la depresión sufre espantosamente. Yo padecí depresión por temas puntuales. Sufría muchísimo y mi psicólogo quería que tomara antidepresivos y yo me negué rotundamente. Eso me salvó entonces, porque yo era joven y me hizo fuerte. Luego vino el "burn out" y el desempleo y ahí no tuve más remedio que tomarlos. Alteraban mi bello cuerpo (nada WOW, pero armonioso y sensual)y, naturalmente, eso me deprimía más. Así fue como pude transitar la muerte de mi padre y la de mi madre tan reciente. Hace tiempo ya que no tomo medicación psiquiátrica por decisción propia. Me monitorea, sí, pero no más pastillas. Y como adelgacé 5 kilos, estoy más a gusto conmigo misma. Me faltan 10 kilos ¡10 kilos! pero los bajaré porque ahora mamá y papá están juntos y ya nadie sufre ni está con el alma en un hilo. Hasta el pelo me está mejorando, porque la medicación me lo afectaba. Tiene razón tu amiga: no serás así porque para comenzar, tenés algo maravilloso llamado FAMILIA. Y además, ¿cómo podrías caer en semejante estado con una sonrisa con superpoderes como la tuya? Sabés que soy amante de la psicología, entre otras cosas por tener 10 años de Freud encima. De niña leí que mi nombre era de origen griego y significaba "solitaria". Durante años de mi vida, pensé que, como decían Lacan y Jodorowsky secundaba, mi soledad estaba marcada por mi nombre. Hace poco descubrí (y sabiendo griego no sé cómo no me cayó la ficha antes) que Mónica también significa ÚNICA. Y mi segundo nombre es Beatriz, origen latino, "la que hace feliz". Así que decreté que soy única. Que hago feliz se ha encargado la vida de demostrármelo en pequeños hechos. Entonces, mi querida, la mujer más hermosa del mundo, HELENA, jamás podrá caer en depresión. Porque depresión y belleza no se juntan. Además, tu Paris se encargaría muy bien de que ello no ocurriera. ANGALIÉS (abrazos en griego) :)
ResponderEliminarPuede sonar tonto, pero estos comentarios me hacen sentir muy acompañada. Tal vez esa es la función del blog, en definitiva, acompañarnos. Gracias.
ResponderEliminarHele:me puso muy triste leer esto, la verdad es que es casi increíble que tu papá se haya desdoblado al punto de que toda esa felicidad que le ofrecen le resbale como si su alma estuviera plastificada. Pero coincido con tus amigas en que vos sos pura luz, y si bien hay hubo y habrá tristezas en la vida de todos, vos sabrás como transformar esas experiencias para aprender y seguir siendo feliz.
ResponderEliminarMiles de Besos!
"Alma plastificada", qué buena imagen, Debo. Excelente. Algún día la usaré en algún cuento! Gracias.
ResponderEliminarQué fuerte... y lo contás tan bien, seguramente porque lo vivís y es real, no puede ser mejor descripto. Felicitaciones por tener el coraje de escribir sobre ésto. Vero.
ResponderEliminarGracias. En realidad tendría que tener coraje para guardármelo, porque me mata adentro. Beso.
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