Absurdos de la burocracia... o "¿quién organizó esto?"

Algunos de mi edad recordarán un sketch de Ricardo Espalter en no sé qué programa de esos (Decalegrón, Telecataplúm, etc.) en que hacía el papel de un político o alguien famoso (entre los nubarrones de una memoria de décadas se me difuminan los bordes del personaje), y es invitado a un evento que se supone es sumamente importante y a la altura de su prestigio, pero termina siendo un desastre; en una de las escenas que sí recuerdo, lo trasladan de un sitio a otro, debido a la ausencia de un medio de transporte mejor, sentado en una carretilla. Y siempre, siempre, terminaba el sketch preguntando con cara de desesperación: "¿Quién organizó esto?" Tal vez lo recuerdo porque a mis padres les encantaba este sketch, y cada vez que algo salía mal y querían ponerle humor preguntaban, como Espalter "¿Quién organizó esto?". Bueno, eso fue lo que le dije a mi madre ayer cuando la llamé para contarle una vez más mis andanzas por el BPS, y ella, a pesar de la perplejidad, se rió, como en los viejos tiempos.
Voy entonces a contárselos a ustedes, a ver si también se ríen, y de paso hago un poco de catarsis y dejo un poco de lado estas ganas de que paren el mundo y bajarme...


Mi papá murió el 21 de marzo. A partir de unos días más tarde, tras recibir los recibos de la jubilación diciendo que a papá le habían acreditado normalmente su jubilación en su cuenta bancaria, mamá, que siempre fue muy obsesiva con el cumplimiento de todo tipo de normas, comenzó a insistir en que urgentemente deberíamos darle de baja del Banco de Previsión Social (para gente de otros países, la institución que en Uruguay paga las jubilaciones) porque en el recibo dice claramente que si alguien cobra la jubilación de un fallecido, es pasible de una pena con prisión... Muy bien. Entonces allí fue, con el certificado de defunción, y preguntó en "Informes" a dónde debía dirigirse  para dar de baja a alguien que había fallecido. Le dijeron un piso X y una oficina con nombre Y. Eso hizo. Presentó el papel de la defunción y explicó que quería cumplir con la norma de dar de baja a mi padre para que no le pagaran más. Quien le atendió le dijo a todo que sí, pero que además debía pasar por el banco donde mis padres tenían la cuenta en la que se les depositaba, para dar de baja el nombre de mi padre, y ella se fue muy contenta llena de datos y "misiones" que cumplir.
Al banco la acompañé yo misma, porque pasados unos días ya no recordaba muy bien para qué tenía que ir al banco ni qué tenía que decir. Allí, después de una hora y media de espera para hablar con un ejecutivo de cuentas, nos enteramos que mis padres habían tenido todo este tiempo una cuenta conjunta, lo cual es aparentemente ilegal, porque cada persona tiene la obligación de tener una cuenta propia para percibir su jubilación. Bueno, habrá sido muy ilegal, pero lo cierto es que alguna vez en los pasados diez años, alguien del banco les otorgó a los dos una misma cuenta y nadie dijo que era incorrecto y mucho menos ilegal. Que ella tendría entonces que abrir una cuenta para ella sola en ese momento, y dejar la de mi padre sin tocar, para que el BPS, después de haber gestionado la baja de mi padre, retirara de allí el dinero que no correspondía pagar. Entonces ella abrió su cuenta. Le dieron un papel certificando desde el banco que esa era su nueva cuenta, para que fuera al BPS y pidiera que a partir de ahora le depositaran ahí. Así lo hizo. Muy bien.
Resulta que al comienzo del mes de mayo otra vez recibió el recibo de ambos: el suyo y el  de mi padre, como si nunca hubiera muerto... Le dije que se quedara tranquila, que seguramente el BPS demoraría en dar de baja a papá, pero lo importante era que nosotras no tocáramos el dinero de la cuenta. Me hizo caso. Pero en esos días, yo tuve que ir al banco y pedí un estado de las cuentas que dependen de su tarjeta bancaria y descubrí algo muy inusual: si bien los recibos de BPS decían que la cantidad de dinero de ella había sido depositado en el número de cuenta nuevo, y la cantidad de dinero de mi padre en la cuenta anterior, el documento del banco me decía que en la cuenta nueva de mamá había habido una acreditación de la cantidad de dinero de mi padre, y viceversa. Si bien el BPS había ordenado el depósito en las cuentas correctas, el banco había intercambiado las cantidades y las cuentas...
Fuimos juntas al BPS. No podía dejar que mi madre explicara eso con sus modos inseguros y suplicantes, porque no le iban a creer y la iban a mandar a pasear... En el mostrador al que esta vez nos dirigieron, había una gorda cerca de los cincuenta años de edad, enorme y muy coqueta, el pelo platinado y las uñas largas y pintadas de rojo. Imaginen su cara cuando yo empecé a explicar: "...que tenían una cuenta conjunta aunque era ilegal...", "... que ella había abierto una cuenta propia como correspondía ahora que él había muerto...", "...que si bien el recibo decía correctamente los número de cuenta, en realidad el depósito mostraba que las cantidades habían sido intercambiadas...". La mujer no quería concentrarse; seguramente quería limarse las uñas y nosotras la estábamos distrayendo. Entonces, para hacerla fácil, se metió en lo que le parecía más sencillo, lo que sabía hacer: ingresó los datos en la computadora y dijo
"Ah, ¡pero a su marido no le dieron de baja! Por eso sigue cobrando!"
"Ah, no?" dijo mamá. "Yo vine a traer el certificado de defunción".
"¿Vino a esta oficina?"
"No, fui a la oficina Y en el piso X".
"Ah, no, no! La baja por fallecimientos es acá! Usted fue a un lugar incorrecto"
"¿Y por qué me atendieron y aceptaron el certificado?"
"No sé, ¿a ver quién la atendió? ¿Tiene un certificado de la baja?"
No, mamá no tenía nada. Por lo tanto, el empleado que le dijo a todo que sí, seguramente le había estado tomando el pelo, porque no sólo no le correspondía darle la baja a papá, sino que no se lo dijo, hizo como que la escuchaba, y de hecho no hizo nada.
"Bueno" intervine yo "¿y ahora qué hay que hacer?"
"Primero, darle la baja. ¿Tiene una copia del certificado de defunción?"
Y como mamá es taaaaaaan organizada, sí, lo tenía. Muy bien, la funcionaria ingresó con sus uñas carmín el fallecimiento de mi padre.
"Y ahora usted tiene que comunicar a qué cuenta quiere que le acreditemos su jubilación".
"Ya lo hizo".
"Pues no, porque en la computadora no dice nada".
"Pues sí, porque mire, en el recibo dice el número de la nueva cuenta".
"¿Pero ustedes no vinieron a reclamar justamente que no le habían depositado en la cuenta correcta?".
"Sí, pero de hecho la cuenta está activa, porque algo depositaron, aunque no fuera la cantidad correcta".
"Ah, no, para que le depositen ahí, tenemos que dejar constancia de su intención de utilizar la nueva cuenta".
Y entonces mamá lo hizo por segunda vez. Firmó y le entregaron un documento de respaldo, con la "nueva" cuenta destino.

Principios de junio... Llega el recibo de la jubilación de mamá. Me llama desesperada:
"Esta vez el de papá no llegó, por lo tanto le dieron de baja, pero mi recibo dice el número de cuenta de papá, por lo tanto no voy a poder cobrar!!"
Entonces fui yo misma, sin ella porque su ataque de nervios habría arruinado toda posibilidad de generar empatía en los dulces y atentos empleados del BPS... Por suerte, tengo un poder notarial que me permite hacer trámites por ella. Fui de nuevo a la misma oficina. No estaba la gorda platinada de las uñas rojas. Había una mujer con cara y voz de narcotizada... Otra vez, imaginen su cara cuando yo le decía: "...que mi padre murió...", "que le dimos de baja...", "... que mi madre recibió su jubilación en la cuenta de mi padre y que por lo tanto no puede acceder a su dinero..." Otra vez no quería escuchar, era muy complicado... Entonces ingresó los datos en la computadora y me dijo:
"El banco rechazó el pago porque se trata de la cuenta de un fallecido, por lo tanto por este mes ella puede cobrar en ventanilla".
"Muy bien, qué alivio, pero ¿y los meses siguientes?"
"Para los meses siguientes tiene que abrir una cuenta para ella sola..........."
"Ya la tiene..."
"Que nos indique que quiere que le paguemos ahí"
"Ya lo hizo..."
"En la computadora no dice nada"
Paciencia, paciencia...
"¿Puedo hacerlo ahora?"
"Sí, claro".
Y por tercera vez inscribí la cuenta en la que mi madre quiere recibir su jubilación...
Yo digo... ¿QUIÉN ORGANIZÓ ESTO?????

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