¿Quién está en primera base? Conversaciones con mamá.
Quienes tienen mi edad y más recordarán a los comediantes Abbot y Costello en este episodio en que no pueden ponerse de acuerdo porque los jugadores de baseball de los que hablan se llaman "Who" (quién), "What" (qué) y "I don't know" (no lo sé), por lo tanto la conversación gira y gira sin llegar jamás a buen puerto, ya que cuando uno pregunta "¿Quién está en primera base?" el otro responde "Sí". Les recomiendo que lo miren. No diré que "no tiene desperdicio", porque pasado el tercer o cuarto minuto aburre un poco, pero antes de llegar al tedio, cada palabra es para desternillarse de la risa.
Bueno, resulta que hoy tuve una conversación similar con mamá, y no puedo evitar contarlo aquí.
Es sobre un tema que la tiene preocupada, no importa cuál. Tal vez es eso, la edad y el nerviosismo, una combinación fatal, que provocó la anécdota de la que voy a escribirles.
Resulta ser que la llamé para contarle que una persona (que aquí llamaré "José") con la que ella había tenido una conversación, había malinterpretado sus intenciones y había contado lo que había hablado con mamá cambiando mucho el verdadero espíritu de lo que mamá había querido decir. Ocurrió que José habló con otra persona llamada Julia (nombre ficticio también), dándole la versión de lo que él había entendido de su conversación con mamá. Siendo Julia amiga mía, me llamó esta mañana para decirme "Qué raro que tu mamá dijera esas cosas, no va con su estilo y personalidad". "Por supuesto", dije. Mamá nunca habría hablado de esa manera.
Entonces hoy la llamé de noche y le dije que Julia me había dicho que José le había dicho que mamá le había dicho determinada cosa.
Mamá entendió todo (aunque parezca entreverado) en un destello de sensatez, que para ser honesta son comunes en ella. Es una persona muy lúcida. Sé que lo entendió porque se indignó, y por la cantidad de cosas que dijo de José después de mi relato. Lo tenía claro.
El problema fue cuando decidió hablar con José para "aclarar" que ella no había dicho lo que él había dicho que ella había dicho. Mamá es una persona muy delicada y diplomática, y también muy tímida, por lo cual la confrontación la asusta. Juntas armamos una lista de argumentos razonables que ella le plantearía a José para aclarar intenciones e interpretaciones, y cortamos la conversación por teléfono muy contentas.
Pero la ansiedad fue mucha. A los diez minutos, sonó el teléfono y era ella otra vez. "Tengo papel y lápiz. ¿Me podés dictar lo que le tengo que decir a José? Porque si me pongo nerviosa no voy a decirle nada que él pueda sacar en limpio, y el malentendido puede ser peor".
Muy bien. Me sonreí. Cuando yo era chica, ella solía hacerme escribir lo que yo tenía que ir a decirle a tal o cual, si era una situación seria, como hablar con la maestra para explicarle que no había podido hacer los deberes. También cuando me mandaba al almacén a comprar algo, ella no me pedía la lista de cosas en lo que en enseñanza de inglés se llama "Reported Speech", es decir, "pedile un kilo de azúcar", sino en "Direct Speech", algo así como "Decile 'Señor almacenero, ¿podría darme un kilo de azúcar?' " Siempre me fastidió esta faceta de mamá, y me peleé muchas veces con ella por eso, pero no dejo de admirar su coherencia, porque ahora, que ella es la chica y yo la grande, me pide que haga por ella lo mismo que ella hacía por mí...
Entonces empecé a dictar:
En fin. Al final llegamos a buen puerto con nuestro dictado. Ahora bien, mañana ella va a llamar a José con sus apuntes... Muero por estar ahí y ver lo que le termina diciendo...
Bueno, resulta que hoy tuve una conversación similar con mamá, y no puedo evitar contarlo aquí.
Es sobre un tema que la tiene preocupada, no importa cuál. Tal vez es eso, la edad y el nerviosismo, una combinación fatal, que provocó la anécdota de la que voy a escribirles.
Resulta ser que la llamé para contarle que una persona (que aquí llamaré "José") con la que ella había tenido una conversación, había malinterpretado sus intenciones y había contado lo que había hablado con mamá cambiando mucho el verdadero espíritu de lo que mamá había querido decir. Ocurrió que José habló con otra persona llamada Julia (nombre ficticio también), dándole la versión de lo que él había entendido de su conversación con mamá. Siendo Julia amiga mía, me llamó esta mañana para decirme "Qué raro que tu mamá dijera esas cosas, no va con su estilo y personalidad". "Por supuesto", dije. Mamá nunca habría hablado de esa manera.
Entonces hoy la llamé de noche y le dije que Julia me había dicho que José le había dicho que mamá le había dicho determinada cosa.
Mamá entendió todo (aunque parezca entreverado) en un destello de sensatez, que para ser honesta son comunes en ella. Es una persona muy lúcida. Sé que lo entendió porque se indignó, y por la cantidad de cosas que dijo de José después de mi relato. Lo tenía claro.
El problema fue cuando decidió hablar con José para "aclarar" que ella no había dicho lo que él había dicho que ella había dicho. Mamá es una persona muy delicada y diplomática, y también muy tímida, por lo cual la confrontación la asusta. Juntas armamos una lista de argumentos razonables que ella le plantearía a José para aclarar intenciones e interpretaciones, y cortamos la conversación por teléfono muy contentas.
Pero la ansiedad fue mucha. A los diez minutos, sonó el teléfono y era ella otra vez. "Tengo papel y lápiz. ¿Me podés dictar lo que le tengo que decir a José? Porque si me pongo nerviosa no voy a decirle nada que él pueda sacar en limpio, y el malentendido puede ser peor".
Muy bien. Me sonreí. Cuando yo era chica, ella solía hacerme escribir lo que yo tenía que ir a decirle a tal o cual, si era una situación seria, como hablar con la maestra para explicarle que no había podido hacer los deberes. También cuando me mandaba al almacén a comprar algo, ella no me pedía la lista de cosas en lo que en enseñanza de inglés se llama "Reported Speech", es decir, "pedile un kilo de azúcar", sino en "Direct Speech", algo así como "Decile 'Señor almacenero, ¿podría darme un kilo de azúcar?' " Siempre me fastidió esta faceta de mamá, y me peleé muchas veces con ella por eso, pero no dejo de admirar su coherencia, porque ahora, que ella es la chica y yo la grande, me pide que haga por ella lo mismo que ella hacía por mí...
Entonces empecé a dictar:
- "Decile a José que hablaste conmigo y te dije que él había utilizado la conversación que tuvieron el otro día para concluir cosas distintas a las que vos dijiste".
- "Esperá, vas muy rápido" dijo mamá "La lapicera se me tranca... Le digo a José que utilizó la conversación que tuvo contigo para..."
- "¡No! ¡Conmigo no, contigo! ¡Yo no hablé con José!"
- "¿No dijiste 'conmigo'?"
- "Sí, que hablaste conmigo y yo te conté que parece que José interpretó mal la conversación que tuvo... A ver, empecemos de nuevo. Te dicto como si yo fuera vos. 'Hablé con Helena y me dí cuenta de que utilizaste la conversación que tuviste conmigo para sacar conclusiones indebidas' "
- "¿Cómo? ¿Que yo utilicé una conversación que tuve contigo?"
- "No, mamá. Estoy dictándote como si yo fuera vos."
- "Ah, sí, sí, ya entendí. Ya anoté, pero no me queda muy claro"
- "Bueno, decímelo a mí. Dale, yo soy José. Ensayemos"
- "Hola, José. Quiero decirte que estoy indignada porque utilizaste una conversación que tuviste con Helena..."
- "¡No!"
- "¿Cómo que no?"
- "Estamos hablando de la conversación que tuvo contigo. Yo nunca hablé con José."
- "¿Y entonces cómo sabés que malinterpretó lo que yo dije?"
- "Porque me lo dijo Julia."
- "Uy, bueno, a ver si ahora sale. Hola, José. Estoy indignada porque parece que malinterpretaste la conversación que TU Y YO (recalcando las palabras) tuvimos el otro día y utilizaste esto para hablar por ahí mal de mí".
- "Muy bien. ¿Y quién te dijo esto?"
- "Julia"
- "Pero si vos no conocés a Julia..."
- "¿Y quién me lo dijo?"
- "Yo"
- "¿Digo que vos me dijiste que Julia te dijo que José dijo que yo dije?"
- "Sí"
En fin. Al final llegamos a buen puerto con nuestro dictado. Ahora bien, mañana ella va a llamar a José con sus apuntes... Muero por estar ahí y ver lo que le termina diciendo...
¡Juaaaaaaaaaaaaa me muero de risa! Me hiciste acordar a un sketch creo que del Show del Mediodía, viejo, cuando yo era niña. Raimundo Soto le explicaba a otro una situación vivida por un amigo suyo. No entendía, explicaba de nuevo. No entendía, entonces decía: "Renato: amigo mío" e iba realizando un dibujo de la charla. Me morí de risa. Besos
ResponderEliminarNo era el Show. Era "Jaujarana". Soto le explicaba a Andrés Redondo.
ResponderEliminar