Serie "cuentos para la escuela", II
LOS VISITANTES DE SAN LUIS Emiliano sentía un gran misterio respecto al campo. Su abuelo Edi siempre le hablaba del campo, como de las mejores cosas que le habían pasado en la vida. Que había vacas, yuyos, molinos, insectos que con sus ruidos no te dejaban dormir de noche, tomates plantados, ovejas, espantapájaros, hormigas, caballos, tarros de leche. El abuelo Edi siempre le prometía llevarlo al campo un día, pero Emiliano no sabía qué día era ese, y en su impaciencia, que parecían mariposas que le revoloteaban en la barriga, ese día no llegaba. Sobre todo le gustaba imaginarse todos los bichos que en el campo debía haber. Sapos, luciérnagas que jugaban a que eran faros por la noche, lagartijas. Emiliano vive en una casa sin jardín, así que todo ese barullo de bichos se le dibujaba en la imaginación como un enorme misterio. El verano pasado, papá y mamá le anunciaron que habían alquilado una casa en San Luis. “¿Es el campo?”, preguntó Emiliano. “No, es la playa”, contestó mamá. I...