Odisea por las Europas II
Domingo 10 de febrero Estoy en el AVE, el tren de alta velocidad, ya listo para salir desde Madrid a Valencia. Se termina la primera etapa del viaje. Cortita, pero nutrida. Madrid con Marga y Esteban y con María y Pepe en Segovia. Un fin de semana de cero por ciento de turismo y cien por ciento de conversaciones añoradas por meses. Estar dentro de una casa, mientras afuera se queman las manos de los paseantes con el frío, con una copa de vino o un vaso de cerveza, conversando por horas y horas y horas y horas de temas del corazón, de lo que soñamos, de los sueños que se han cumplido y de los que se han frustrado, de nuestras preocupaciones y nuestros éxitos, con personas entrañables que ocupan un lugar tan importante en el alma, que somos capaces de decir groserías para que se nos entienda mejor, podemos dejar que se nos llenen los ojos de lágrimas sin disimularlo, podemos largar carcajadas dignas de un conventillo. Y todo eso sin que reparemos un minuto si estas actitudes les...