Venganza tardía
Nunca fui una niña "chuchi". Las "chuchis" de mi escuela, a pesar de la pretendida uniformización del guardapolvos, usaban zapatitos ultra femeninos y se aguantaban las colitas o trenzas con adornos en forma de corazones o frutillas, y eran conscientes de ello. Notaban a la legua que yo era diferente. Jugábamos en ronda a "Yo soy la marinerita", y a mí nunca me elegían, porque nos levantábamos la falda de la túnica y allí quedaba al descubierto la pollera, que en las "chuchis" tenía muchos voladitos y colores, mientras que yo llevaba un shortcito azul marino de gimnasia. No se trataba de pobreza, ni de falta de cuidados de mi madre. Al contrario; era que mi mamá estaba muy comprometida con la practicidad. La ropa linda era para salir, no para ir a la escuela debajo del guardapolvos, donde nadie la veía y, además, se ensuciaba y envejecía. Las colitas tenían que ser unas banditas elásticas que sobresalieran poco, para que no se engancharan con n...