Mujeres de todos los colores: calle y cárcel
Dos mujeres leyendo - Picasso 1934 Primer martes de abril de 2010. Comienza un nuevo año lectivo del taller de narrativa en el refugio para mujeres sin techo. Aquí me encuentro, sentada a la mesa bajita pero amplia de siempre, sobre una sillita para preescolares, mirando a mi alrededor donde los mismos armarios del año pasado soportan libritos de lectura viejos, juegos de caja y útiles de expresión plástica. El techo, altísimo, me entretiene un rato con sus arcos de bovedilla, pero termina dándome dolor de nuca. Estoy pensando en que no vendrán nuevas alumnas este año, y que tendré que irme con las manos vacías, en que el proyecto quedará en la nada y también estas páginas. Pero de pronto el vidrio de mi soledad estática se hace añicos con la entrada de dos mujeres, que se sientan a ambos lados de la mesa; yo me había ubicado en la cabecera, de frente a la gran puerta de dos hojas; ellas se ubican a cada uno de mis lados. La primera en entrar es una jovencita de pelo castaño, m...